sábado, 31 de mayo de 2014

Indescriptible.

Verla,  verla y quererla en silencio,  como en los viejos tiempos. Verla y sonreír, estar con ella y olvidarme de todas aquellas cosas que fluyen por mi cabeza.
Y no puedo expresarlo.
No puedo expresar lo que siento, no puedo definir lo que siento al respirar su esencia estando a mi lado.  No puedo expresar lo que siento cuando su mirada se abre paso perforando las puertas de mi corazón.
Es imposible describir su sonrisa, al igual que es indescriptible ese lunar que tiene asomándose por encima del vestido,  apoyándose en su hombro.
Verla,  verla y quererla en silencio, verla y querer transformarme en aquella caja con una muñeca bailarina, aquella caja que mira todos los días. Querer transformarme en todo aquello que la hace sonreir.
Verla y sufrir, sufrir porque no me atrevo a recogerle el pelo por detrás de la oreja, sufrir por que no puedo entrelazar mis dedos con los suyos. Sufrir por verla.
Y no puedo expresarlo.
No puedo expresar lo que siento cuando me habla al oído y siento su aliento en la oreja, no puedo expresar lo que siento cuando me habla al oído y rozamos las comisuras de nuestros labios.
No puedo expresar lo que siento al verla mirando por la ventana, perdiéndose entre las hojas verdes y amarillas que emiten los árboles.
No puedo expresar lo que siento al ver cómo su pelo se me escapa dando la vuelta a la esquina.
Soy incapaz de describir el amor.