viernes, 26 de julio de 2013

Todo tiene un final.

Aceptémoslo, todo acaba, podemos estar tan cegados por una persona que parezca infinito pero no nos engañemos, eso acabará.

Como una ola al romperse por chocar contra un acantilado, como un papel que se quema poco a poco hasta que llega al punto en el que se desvanece por completo, como un coche que se aleja a toda velocidad a pesar de que lo intentas alcanzar con todas tus fuerzas. Como aquella lágrima que murió bajando ligeramente por su cuello. Como ese colgante que le regalaste y ahora, seguramente, yacerá en un cajón lleno de cosas inútiles, si no está en la basura.

Ese metal oxidado, ese papel roto, ese reloj que cesa su tick tock.

Esa última canción que escuchaste en su cuarto mientras la acariciabas.

Esa última esperanza de que se quedara junto a ti.

Quizás podría haber hecho algo más para que se quedara aquí, algo más para que no se marchara, quizás. Quizás no, quizás me habrían mandado a la mierda una y otra vez hicieras lo que hicieras.
Quizás no debería, desde que se fue, haberme quedado noches enteras reviviendo momentos que para lo único que sirve es para quedarme en vela maldiciendo el momento en el que la conocí.

Y no nos engañemos por que todo se desvanece, parece que no, pensamos que no, pero nos engañamos.



Quizás no debería haber sido tan gilipollas de enamorarme.

Ahora vivo con el miedo de que su recuerdo también se desvanezca de mi cabeza.

lunes, 22 de julio de 2013

Aprovecha, no seas tonto.

Una sala vacía escuchando voces de fondo. Un sueño que nos atormenta pero sin ser pesadilla. Unos ojos marrones que sientes que te miran cada noche, que recorren tu perfil cada minuto pero estás solo. Un túnel vacío. Unos cuadros pintados en gama de gris en los que no se puede sacar nada en claro. Un pitido intenso, un grito suave, un susurro que te eriza el bello. Una mujer preciosa apareciendo en tus pensamientos cada vez que pestañeas. Esa mujer que te gusta aunque desconoces el porqué. Una pelirroja que se fue dejándote en la mísera soledad. El último beso que le diste a esa persona que ya sabes que no va a volver, que está lejos, que sigues amando. Sus latidos alterados cada vez que rozabas su cuello. Una mesa que cojea, un boli que deja de escribir. Una sonrisa que se escapa de tu alcance y se va alejando hasta perderse en el horizonte. Un libro de tapa dura con polvo del paso de los años. Un último mensaje, unas últimas palabras, un último abrazo, una última sonrisa.

Todo tiene un final, nadie sabe si tarde o temprano pero el fin llegará. Se tiene que aprovechar todos y cada uno de los momentos buenos, y te lo digo por experiencia, si no lo haces eres tonto, no sabes que te estás perdiendo. Aprovecha cada sonrisa que te lance, aprovecha cada tontería que haga, aprovecha la vida, aprovecha los momentos buenos y huye de los malos pues son eso: malos.




Aprovecha cuanto puedas pues todo se desvanece.