viernes, 18 de septiembre de 2015

Iba a dejar de escribirte.

Justo iba a dejar de escribirte.
Iba a dejar de escribirte que cada noche me persiguen unos ojos marrones que reconozco.
Iba a dejar de escribir eso de que me vuelve loco cuando me miras, cuando siento tu mirada recorrerme y no te veo, cuando sonríes...
Iba a dejar de escribir eso de tu sonrisa, si, eso de que me encanta, eso de que ojalá no la borres nunca, esa sonrisa que me estremece.
Iba a dejar de escribir sueños que ni siquiera recuerdo, iba a dejar de hacer tachones sobre un papel ya arrugado, iba a dejar de romper papeles ya rotos.
Iba a dejar de escribir en segunda persona refiriéndome a ti.
Iba a dejar de escribir esos paseos por la playa que nunca se cumplieron, igual que de todos aquellos abrazos y de todos esos besos de los que también iba a dejar escribir.
Iba a dejar de escribir que hay algo dentro de mi, algo muy profundo que siento al fondo del pecho y me dice cada vez más alto que eres tu, eres tu esa persona que quiero.
Iba a dejar de escribir que quiero ser parte de ti, que cuando sonrías sea por mi culpa y cuando llores te seque las lágrimas.
Iba a dejar de describir esos besos que nunca me has dado, esa mirada con la que nunca me has mirado... Ese cuadro en tu espalda que nunca he dibujado.
Iba a dejar de escribirte tantas cosas... Tantos pensamientos, sentimientos... iba a dejar de intentar escribir sin mucho acierto lo que era el amor.

Iba a dejar de escribirte y, entonces, apareciste de nuevo.

jueves, 10 de septiembre de 2015

¿De verdad?

Pero... Te paras a mirar alrededor y dices ¿Quien esta ahora mismo conmigo? ¿De verdad estoy solo? ¿Me he quedado solo? Si, y es en ese mismo momento en el que te das cuenta que siempre has estado solo, siempre has mirado al final de la calle buscando unos ojos que te acompañasen pero un nunca encontrabas.
Es ese momento en el que te das cuenta de que nadie te desea buenas noches o te sonríe mientras te dice buenos días. Te das cuenta de que nadie ha estado ahí cuando más lo necesitabas, nadie que te dijera que todo iba a salir bien, nadie. Nadie con quien reír, con quien llorar, a quien besar... Nadie a quien decirle lo mal que estas, a quien contarle tus insomnios y con quien reírte de tus sueños.
Tío, estas solo y siempre lo has estado, no ha cambiado nada, estas igual que ayer y mañana estarás igual, sin nadie que te acompañe en tus paseos, sin nadie que te mire como nunca antes te ha mirado nadie, sin nadie que con tan sólo un beso te haga perder el sentido.
Sin nadie.