domingo, 27 de mayo de 2012

He vuelto.


Cómo he echado de menos esta vida de injurias y delicias que me otorgan mis dedos palpitantes cual corazón ensangrentado, esta vida que me otorgó mi madre con el don que tengo, o dicen que tengo, ese don con el que puedo hacer y realizar todo lo que se me antoje con el mero fin de no hacer nada pensando, con este don que me otorgó la naturaleza y fui desarrollando en el vientre de mi madre.

Con este don puedo hacer lo que me dé la gana, ¿no es genial? Puedo hacer que un humano se derrita delante de otra persona y que esa otra persona se marche como si no hubiese pasado nada, puedo matar a mi mejor amigo y que resucite, vuelva a su casa y asuste a su madre llorosa, llorando por la muerte de su “difunto” hijo.

Pero y, por fin estoy de vuelta, aquí con vosotros, disfrutando el momento, pasando un buen rato y haciéndooslo pasar a vosotros, y doy gracias a la naturaleza, esa graciosa e impredecible, esa amante, gracias por otorgarme este don, lo cuidaré.




El don de la escritura, el don de plasmar en un papel todo lo que se me venga a la cabeza con infinidad de detalles, el don. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario