La felicidad para una familia es aquello que les otorga la
naturaleza y es aquello que tanto ansían.
La felicidad hecha realidad en menos de medio metro, ojos
marrones cual madera esculpida a manos de un artista y piel lisa y sonrojada
que con su cuerpo de pocos centímetros sujetan una cabeza con la nariz
chata y sin apenas cejas cara redonda y labios finos.
En una habitación de color anaranjado de un hospital se encuentra
una familia feliz por el nacimiento de aquello que tanto ansían y que tanto han
estado buscando.
Habitación 322, siguiendo adelante por una puerta enorme te
encuentras a una pelirroja que ya no tiene una vida en su interior, sino que la
tiene a su lado, entre las sábanas blancas. Con la familia emocionada y el
padre con lágrimas en los ojos, por fin lo tenían.
Entre felicitaciones, ánimos y apoyo múltiple a la madre se
le pueden divisar en los ojos gotas de lágrimas cual diamante de 9 quilates.
Este no va a ser un relato excesivamente largo pero sólo
quería darle mi más enhorabuena a mi tío y a mi tía que después de tanto
esfuerzo han conseguido lo que querían.
Hugo, bienvenido a la familia.
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