martes, 2 de abril de 2013

¿Valió la pena?


Somos el tic-tac de un reloj abandonado, somos las horas que recorremos en este duro, frágil y corto camino al que, ciertas personas que no quiero clasificar, llaman vida, somos los recuerdos del pasado, aquellos que duelen y desgarran el alma por dentro de una manera inhumana, aquellos recuerdos alegres que hacen que, con el mero hecho de recordar, lágrimas de alegría broten por nuestras mejillas para que, posteriormente, mueran en la comisura de los labios. Somos los sentimientos del presente tales como el amor o la añoranza a un ser querido que algún día se fue. Somos algo parecido a las hojas que pisamos una tarde acogedora de otoño al volver a casa.

No estoy loco, lo puedo afirmar e, incluso, asegurar que pensarte a cada segundo no es estar loco, ni mucho menos.

Me he pasado noches frías de invierno helado y tardes ardientes de verano retratando tu perfil de porcelana fina en tinta, describiéndote al milímetro en el saco de boxeo al que las demás personas llaman folio.
Puedes haber sido un error, tal vez no, pero hay una cosa que tengo clara… no me arrepiento de ti, querido error.

Pero ahora dime… ¿enserio valió la pena? Todas esas tardes, mañanas y madrugadas pensándote… pensando en que no puedes ni podrás ser mía, en que no se puede, en que enamorarte es como intentar agarrar el humo con las manos, ¿enserio valió la pena?




¿Enserio valiste la pena?



¿Enserio valió la pena enamorarme?

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